Después de pasar la mayor parte de su infancia ayudando en la tienda de relojes de su padre, la propietaria, Margareta, trabajó como fotógrafa y diseñadora gráfica. Sin embargo, recordando con cariño su infancia, sabía que quería dar un salto de fe y volver al comercio minorista. Ese acto de fe llevó a la creación de Margareta Concept Store. La tienda es una selección de productos de todo el mundo.